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FabLab Cuenca

FabLab Cuenca y la resistencia maker frente al reto global del coronavirus

El pasado 13 de marzo, en España se declaró el estado de alarma por la pandemia de Coronavirus.


Desde FabLab Cuenca conociendo las noticias que nos llegaban de Italia que nos advertían de la falta de EPIS y tras hablar con algunos integrantes de la red de Fablab en España, nuestro equipo decidió unirse a la acción ciudadana de resistencia Maker frente al reto global del COVID-19.




A través de esta acción solidaria y de acuerdo con nuestros valores, quisimos contribuir de manera totalmente desinteresada para poder apoyar aportando nuestro conocimiento y herramientas de fabricación al servicio de la sociedad.

El único objetivo estaba claro, ayudar en la lucha mediante la fabricación local de cualquier objeto o dispositivo que se requería y que comenzase a escasear en nuestros centros sanitarios más cercanos.


Sin pensarlo dos veces, el día 14 de marzo nos unimos al grupo nacional “Coronavirus makers” que se estaba formando a través de un grupo de Telegram, poniendo en contacto a personas de diferentes perfiles y con experiencia en medicina, biotecnología, impresión 3D, diseño industrial y todo el que quisiera ayudar. A través de este grupo comenzamos a organizarnos, compartir el conocimiento y la experiencia de una manera muy rápida y casi sin descanso.



El grupo abierto a todas las personas que se unían para ayudar, en pocos días creció de manera muy rápida. Para organizar mejor los esfuerzos nos dividimos en comunidades autónomas y a su vez en provincias. Al cabo de las pocas semanas el grupo general ya contaba con más de 16.000 participantes, coordinados globalmente por comunidades autónomas, conectados nacionalmente y de manera internacional a través de grupos de trabajo que se apoyan en el trabajo voluntario de cada individuo.



El equipo de FabLab Cuenca, coordinado con todas las provincias de Castilla la Mancha, centró sus esfuerzos en pocos días para gestionar la producción del grupo de Makers Cuenca, (que llegó a contar con 140 participantes) y establecer una red logística eficiente para llevar los objetos fabricados lo más rápidamente posible a los centros médicos, residencias de ancianos, trabajadores sociales, el hospital Virgen de la luz y allá donde más falta hacían.


Se creó la página www.makerscuenca.es/

que recoge todos los diseños y archivos del trabajo de nuestra comunidad local, donde podéis encontrar todos los recursos abiertos de los proyectos en los que centramos nuestros esfuerzos de acuerdo a lo que el personal sanitario nos demandada en cada momento.


Las líneas principales son la fabricación de las viseras de protección individual, tanto impresas en 3D como para su procesado mediante corte láser, además de diseños de “salvaorejas” y otros utensilios como “abrepuertas”.


Desde FabLab Cuenca con la colaboración del personal médico del hospital, también se creó otro grupo más experimentado de diseño y desarrollo, centrado en la fabricación y testeo de piezas adaptadas para las máscaras de buceo, ya probadas por nuestros compatriotas italianos, y asegurándonos de que todo funcionaría para que en situación de emergencia y ante la falta inminente de respiradores pudieran servir como remedio salvavidas en la peor de las situaciones.


Tenemos que resaltar en este punto que fue abrumador, la gran respuesta ciudadana que recibimos en nuestra provincia, tanto por parte de la comunidad maker que no dudó en ningún momento en encender maquinas 3D, las empresas que se unieron con su cortadora láser, la delegación de educación movilizando a los profesores que podían fabricar viseras mediante la impresión 3D o a través de las plastificadoras de manera casera; las empresas y particulares que donaron materiales necesarios para la fabricación. La Cruz Roja, agentes de movilidad, ambulancias y protección civil que brindaron sus recursos para poder hacer llegar las viseras y los materiales a todo el que lo necesitara. Desde aquí volvemos a agradecer públicamente a todos los que habéis colaborado y puesto lo mejor de vuestros corazones con todo lo que teníais para luchar contra la falta de EPIS durante las peores semanas de la pandemia.


Todo se organizó desde la humanidad y solidaridad ciudadana, contando con las aportaciones de la bondad de las personas, el llamamiento era el siguiente: “Si quieres ayudar o tienes una impresora 3D en casa, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y te conectamos a los grupos de trabajo, no recibimos dinero, solo materiales”


A través de este simple texto y la implicación de la gente, logramos coordinar esta red increíble de personas que intentaban proteger a los que nos protegen.


Parece sencillo cuando lo contamos así, pero no fue fruto de la casualidad, ya que como comentaba nuestro amigo Juan Carlos en la red de CREFAB, “los Fablabs llevan más de 10 años preparándose para hacer (casi) cualquier cosa, y en esta pandemia no ha sido diferente, hemos estudiado, diseñado, coordinado, fabricado, distribuido y organizando de manera profesional una red local para cubrir en horas carencias que la pandemia ha dejado a la luz”.

Muchos entraban en los grupos de trabajo sin tener demasiada experiencia de impresión 3D, y encontraban el apoyo técnico que el equipo de FabLab Cuenca y otros Makers que se brindaban para resolver los problemas con las máquinas, los archivos o cualquier dificultad que surgiera y que pudiéramos resolver como expertos.


Cabe destacar el equipo de la zona de Minglanilla, que sin pensarlo dos veces compró tres impresoras 3D y se pusieron a imprimir viseras para toda la comarca, con la idea de donar estas máquinas al centro educativo del pueblo para que los niños puedan usarlas al terminar la epidemia.


A partir de este punto la sociedad pudo comprobar dos hechos, que la ciudadanía unida sin otro interés más que el de ayudar, puede mover montañas y que es posible utilizar la tecnología para fabricar algo realmente útil. Así se puede entender el gran potencial social y lo importante que es la democratización del conocimiento práctico y el saber “cómo funcionan las cosas”.

Ante el mundo capitalista de intereses económicos en el que vivimos; la falta de producción mundial nos cogió desprevenidos y sin capacidad industrial para fabricar nuestros propios equipos de protección o respiradores. A través del ejercito ciudadano y la impresión 3D se pudo comprobar como el talento de innovación y desarrollo de toda la comunidad maker pudo hacer llegar rápidamente el material que necesitaban los sanitarios.


Los días pasaban rápido, la situación era cada vez más desesperada, recibíamos más llamadas y contactaban con nosotros más personas pidiendo ayuda frente a la dura situación que tenían que combatir sin ningún equipo de protección o con algunos insuficientes. Estábamos ante una cuestión de vida o muerte, muchos de nuestros sanitarios en primera línea corrían el riesgo de contagio, posicionándose en pocos días como el colectivo de mayor transmisión del virus al estar en constante contacto con él. Gestionábamos las peticiones de sanitarios y organizábamos las entregas y recogidas acorde a ellas.


A partir del día 20 de marzo recibimos la llamada Miguel Ángel Valero, diputado de Cultura ofreciendo la ayuda y colaboración del ayuntamiento y diputación de Cuenca. Enseguida coordinamos esfuerzos para fortalecer los esfuerzos que entre todos estábamos haciendo con el respaldo de las instituciones públicas en nuestra provincia. Ante la falta de materiales enseguida compraron filamentos de impresión 3D y planchas de corte laser para apoyar el movimiento.


A partir del día 27 de marzo coordinamos con el ayuntamiento para utilizar su personal y organizar la red logística de recogidas y entregas de viseras en Cuenca capital y provincia a través de sus vehículos y con la ayuda de los agentes de movilidad, protección civil y los conductores de la diputación. Para la red de recogidas y entrega de materiales tenemos que resaltar la labor realizada en todo momento por los voluntarios de Cruz roja, que siempre estaban preparados para hacer llegar lo necesario a toda la ciudad.


Cada día a partir de este momento nos coordinábamos gestionando las listas de recogidas de viseras que los makers conquenses registraban en los formularios que habilitamos para el sistema, y los implicados en la recogida se encargan de recolectarlas en los domicilios de la gente, llevarlas al centro joven para su Ozonización, “desinfección a través de las máquinas de ozono” y posteriormente se repartían equitativamente a todos los centros de la provincia o donde más urgencia se registraba.


En Cuenca la producción y la red logística de producción local establecida estaba funcionando, pero la “curva” subía y sin haber llegado al pico nos esperábamos lo peor.

Después de un mes y más de 3.500 viseras producidas, la comunidad de Makers estaba empezando a resentirse realizando este esfuerzo titánico y las máquinas 3D empezaban a estropearse en algunos casos.


El equipo de FabLab cuenca trabajaba sin descanso entre 15 y 16 horas al día para poder coordinar esa red provincial creada dando respuesta a Makers, instituciones, ciudadanía y sanitarios. Había que tomar decisiones rápidas y decisiones válidas en cada momento.


Comenzamos a comprender que el ritmo de fabricación no era suficiente para poder proveer a toda la provincia con la protección necesaria. Había que movilizar las fábricas locales para poder realmente hacer una producción masiva, tal y como se requería en esos momentos.

Se inició así la mediación a través de Miguel Ángel Valero para contactar con las fabricas locales y poder aumentar la producción para la fabricación de viseras.


Tras conseguir que la fábrica multinacional MAHLE Nagares de motilla del Palancar de Cuenca, confirmara que podría fabricarlas con su máquina de inyección, nos quedaba conseguir el diseño de un molde para poder producirlas e iniciar la producción contra reloj que la situación cada vez más dura demandaba.


Fue así como decidimos contactar dentro de nuestra red de Fablabs con los compañeros de Espacio Open que a través de Covideuskadi nos ayudaron a ponernos en contacto con la fábrica @Maier en Bilbao, que ya había iniciado la producción de viseras a partir del diseño realizado por la comunidad de makers y Fablabs que se encontraban trabajando sin descanso.


De esta manera en menos de 24 horas los técnicos de la fábrica de motilla, contaban con el diseño del molde para comenzar la adaptación del modelo y la preparación del molde.



La Diputación provincial de Cuenca apoyó la acción y compraron el molde y los materiales necesarios para fabricar las viseras mediante técnicas de inyección, mucho más rápidas y eficientes para fabricar a gran escala. Hasta el momento han fabricado 40.000 viseras para cubrir la demanda de viseras de protección para los ciudadanos que los precisen.


La colaboración y la implicación entre el equipo de Fablab Cuenca, la fábrica Mahle, Diputación y ayuntamiento de Cuenca, es un ejemplo de colaboración para que hoy se puedan repartir las viseras que los comercios locales pueden recoger directamente y de manera gratuita, en el edificio de la diputación provincial.

La comunidad de Makers Cuenca en nuestra provincia fabricó un total de 8.000 viseras después de 7 semanas de trabajo voluntario, repartido por la capital y los pueblos. Esta colaboración ha permitido que entre todos hemos conseguido que las viseras lleguen a todo el personal sanitario y los comercios de la región de Cuenca que inician su actividad en esta fase de desescalada.


La situación se va calmando, y tras la puesta en marcha de la fábrica nos permitió finalizar esta maratón de las primeras 7 semanas que realizamos como coordinadores y ejecutores del movimiento coronavirusmakers en Cuenca. Creemos que ha llegado el momento en el que podemos parar este esfuerzo titánico que hemos hecho entre todos, desde el primer día y proseguir con nuestras vidas y ocupaciones para analizar cómo nos podremos adaptar a la nueva situación mundial.


El equipo reducido de Cuenca que está realizando las pruebas con el hospital para la adaptación de las máscaras de respiración sigue activo, no por necesidad local, pero con el fin de poder finalizar la validación de las piezas y la documentación necesaria para transferir el conocimiento desarrollado de manera abierta y que puedan ser utilizadas en otros países donde puedan ser una opción si fuera necesario. El equipo se encuentra liderado por Mickael Pitarresi, y en el trabajan rigurosamente Daniele Padovano, Angel Esteban Rubio. Han contado también con la colaboración de Miguel Poyatos y Diego Millán y se coordinan con el equipo médico a través de la doctora Elisa jefa de pediatría.




Cabe resaltar que Cuenca es uno de los pocos ejemplos de organización en la respuesta maker frente al Covid 19, que ha podido gestionar y coordinar los diferentes esfuerzos locales implicando a grupos de Makers, Instituciones y empresas.


Os dejamos aquí como muestra el video que realizó nuestro más activo colaborador al frente de la organización Rubén Nielfa:


La respuesta ciudadana que hemos realizado en España está siendo digna de admiración por los diferentes países que desgraciadamente están pasando ahora mismo por los peores momentos de la pandemia. Muchos de ellos contactan con nosotros para copiar nuestro modelo y poder aprender de él.



Muestra de ello se puede encontrar en la línea de acción creada por el grupo estadounidense “MAKE” a través de la revista makezine, (revista de referencia en el mundo maker de repercusión internacional desde su creación en 2005).

Donde fuimos invitados a compartir nuestra experiencia el pasado 25 de abril, junto con los principales responsables y activadores de la coordinación del movimiento maker en respuesta a la lucha contra el coronavirus en España: Plan C: Our Panel To Learn About The Maker Response To Covid-19 In Spain


Para finalizar, además agradecer a las personas que habéis sido clave para que hayamos podido conseguir entre todos movilizar medio país, para que en tiempo récord se pudiera proteger a los que nos protegen. Gracias a todos vuestros mensajes de agradecimiento sabemos que nuestro esfuerzo ha sido realmente útil.


Nos gustaría dejar una pequeña reflexión, ya que empezamos a ver cómo muchas personas se están planteando que otro mundo si es posible, que si lo intentamos todos podemos contribuir a que las cosas puedan ser más positivas a través de la colaboración ciudadana.

Como sociedad hemos podido utilizar la “cara buena” de la tecnología, visibilizando las posibilidades de la fabricación digital, donde las ideas y los diseños creados por ordenador se pueden materializar en un objeto real a través de una producción personal que sea realmente de utilidad, hasta el punto de poder salvar vidas.


Algunos ya lo sabíamos, pero el resto de la sociedad ha podido entender el significado de nuestra frase “Un lugar donde puedes fabricar (casi) cualquier cosa”.


Todos los conquenses han podido utilizar y entender de una manera práctica, la herramienta tan poderosa que representa tener un espacio como FabLab Cuenca en estos momentos tan necesarios. Todos los ciudadanos han podido hacer uso de lo que somos, compartiendo con ellos los conocimientos y máquinas de precisión controladas por ordenador para poder realizar y desarrollar sus ideas.


Esperamos poder volver pronto a la normalidad, seguiremos con las ganas y el esfuerzo amplificado para transmitir los conocimientos, democratizar la tecnología y motivar a nuestros ciudadanos en la cultura maker como uno de los valores fundamentales para participar de las nuevas formas de hacer.


Hay madres que nos contactan diciendo que sus hijas ahora quieren ser las pequeñas inventoras de la casa o las futuras ingenieras (cosa que nos llena de orgullo, ya que muchos de nuestros programas como “Mujeres Makers” tratan de involucrar a las mujeres y las niñas en el mundo tecnológico). Dentro de la filosofía del aprender haciendo se replican acciones. Quizá nuestras acciones en respuesta a la pandemia han sido la mejor inspiración para que las nuevas generaciones puedan ver y proyectar el futuro con otros valores más solidarios y positivos.


Nuestro objetivo es y siempre ha sido brindar nuestra ayuda como herramienta educativa y creativa abierta para todos los públicos, a través de un espíritu basado en la colaboración, el diseño y el conocimiento compartido.


Como FabLab cuenca y como ciudadanos ahora nos estamos reinventando y decidiendo cómo afrontar el reto de esta “nueva realidad” que se nos viene a todos encima. Esperamos que muy pronto podamos abrir nuestras puertas de nuevo para poder compartir con todos vosotros el conocimiento abierto, la colaboración ciudadana y el utilizar las nuevas tecnologías de una manera útil, para que todos podamos fabricar nuestras propias soluciones.




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